Dame la mano que tengo miedo.



                                                  Anestesias
1   
                                               
Monumento, rosa enferma
Caricias de pétalos que recuerdo.
Para tí
Mi mano de tierra
                          De rúcula o úrsula.
Hojas de roble rojas y
Aguas perdidas
En mi boca
Ahora te traigo.

Maizales.
Toda mi vida.

Rosa enferma
Monumento
Amor que me anestesia
Cómo el ácido
Como el polvo,
Una luna en el charco
Tu amor,
Cualquier cosa,
Para poder olvidar un rato
al menos.


La Maga

Ya voy viendo que eres la maga
Yo no iré
Pero tú te irás por la cuesta
Te perderás en los soportales y la poca luz
Radiante de luteína
Alguien en tu rango de radar que no soy yo
Guerra, radar, rango,
Perra,…
Tú que me has bautizado.
Y a mí me queda la risa enferma
Remando hacia ninguna parte
Esperando la nota prendida de la pata
del albatros)
O cualquier milagro de ese calibre.



XII 

Algunos creen que la vida es una obligación,
que las putas no existen
ni el mal estar general. 

Soy un organismo complejo fruto de la nada;
engendro de mal gusto que vacía la nada
hasta ser nada. 


Y el amor es el único tiemblo posible, 
temblar del álamo en la brisa, 
como dijo José Hierro.


4

El loco sueña
El loco sueña con ostras
y champán,
y cada mañana se sorprende
al ver su taza de sopas.




La muerte de tanto cuento

La muerte de tanto cuento,
el epitafio de la palabra
es el poema
al que voy atado
como un cobarde
o un hijo de puta,
que susurra:
la baba es el poema.


6
Soy la cara de otro
Soy la cara de otro,
quien inclina
la cabeza
hacia el fondo gris
del cenicero.


7
Esperanza

Soy el tití que arpegia la lira,
remedo de hombre.

Ah! Pobre del hombre
airado de espanto
que besa el estiércol
como si fuese esperanza.


8
Flor entre flores de otro mundo
Flor entre flores de otro mundo,
que no hay consciencia posible
sino la del desastre.

En el vaso roto,
la sangre de tus labios
es una rosa,
flor de otro mundo.


Te amaba


Te amaba porque no sabía que el poema
es el único monumento,
la triste caligrafía del espanto.

Tu estás llena de imperfecciones
y yo me emborracho
porque es este sopor
todo lo que amo,
este aliento que sólo el poema
comprende.




Canción reutilizable

Quizás no haya sido nunca veraz
Ni haya hablado lentamente;
El arco rozando las cuerdas,
Las palabras dictadas por lo más hondo.

Una vez que un amor sustituye otro amor
Todo es mentira.
Y el día de todas las mañanas del mundo
Lloraré por haberme equivocado
Tantas veces.

De otro modo, hubiese ido a hablarte
Recordaría el hirsutismo, las bebidas,
Todas las cuestiones de intendencia.

Ánades al amanecer volando hacia Murano
Ocas, becadas, patos y gallinas.
Los dulces disparos en el puesto,
Los señuelos,
Disparando
Hasta no sentir nada.



II

Ella se lavó y se cambió de ropa en casa.
Se puso unos tejanos nuevos y una camiseta.
El pelo mojado le sentaba muy bien
Y la ropa ajustada la hacía parecer mayor.
Estuve bebiendo cerveza en el mismo sitio durante horas.
Ella se tomó una cocacola.
Considerablemente borracho salí a la terraza
A hablarle a las estrellas.
Me senté en una silla de plástico.
Ella salió a buscarme, se sentó a mi lado.
No hablamos. No la miré.
Me cogió la mano.
Se fue adormeciendo hasta que su brazo quedó colgando.
Yo seguí mirando al cielo
Sin saber si alguna vez podría
Escribir esto.

………………….
Recopilación realizada con ayuda de Corina Salas el día 12 de marzo de 2013,
Bernardo Villanueva F.



  Fotografías


















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